DIGILEC Revista Internacional de Lenguas y Culturas
* Email: sarenill@ull.edu.es
Digilec 10 (2023), pp. 248-252
Fecha de recepción: 01/12/2023
Fecha de aceptación:
DOI: https://doi.org/10.17979/digilec.2023.10.0.10126
e-ISSN: 2386-6691
RESEÑA DE LIBRO: MÚSICAS ENCONTRADAS: FEMINISMO,
GÉNERO Y QUEERIDAD
BOOK REVIEW: MÚSICAS ENCONTRADAS: FEMINISMO, GÉNERO
Y QUEERIDAD
Sara ARENILLAS MELÉNDEZ*
Universidad de la Laguna
Orcid: https://orcid.org/0000-0002-4613-3816
Editora: M. Paz López-Peláez
Casellas
Colección: Artes y humanidades
Serie: Estudios sonoros, 3
Editorial: Universidad de Jaén
Lugar de edición: Jaén
Número de páginas: 195
Año: 2021
ISBN: 978-84-9159-450-5
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La perspectiva de género en el campo de la musicología y los estudios sobre
música ha ido haciéndose un importante hueco en las líneas y proyectos de investigación
en nuestro país. Publicaciones pioneras como Msica y mujeres: gnero y poder, editado
en 1998 por la compositora Marisa Manchado, o Feminismo y música: introducción
crítica, lanzado en 2003 por Pilar Ramos, tienen su eco en trabajos como el aquí
presentado. Músicas encontradas: Feminismo, género y queeridad, coordinado por María
Paz López-Peláez Casellas, se enmarca en la creciente ampliación de la literatura sobre
música y estudios de nero (véase, por ejemplo: Sánchez-Olmos et al., 2023; Zapata
Castillo et al., 2020). El volumen cuenta con contribuciones tan importantes como la de
Teresa López Castilla o Laura Viñuela, quien en 2003 publicó La perspectiva de género
y la música popular: dos nuevos retos para la musicología, aún hoy de referencia dentro
de los estudios sobre músicas populares urbanas.
El prólogo está realizado por la musicóloga Silvia Martínez García, actual
coordinadora del proyecto Música popular urbana y feminismos en España: estrategias,
conflictos y retos de las mujeres en las practicas musicales contemporáneas (Ref.:
PID2020-116455GB-I00), y una de las primeras en publicar literatura académica sobre
estudios de género y música popular en España (véase, por ejemplo: Martínez García,
2003). Martínez destaca la importancia de seguir ampliando la visibilidad de figuras
femeninas dentro de la música, así como también de aumentar la confección de estudios
más teóricos, que contribuyan a definir y expandir las herramientas metodológicas.
El primer capítulo de Mujeres encontradas es una oportuna traducción del ensayo
“Women representing women in music” a cargo de la eminente Susan McClary. McClary
es conocida por su pionero Feminine endings: Music, gender, and sexuality (1991), que
sigue siendo para muchos el primer acercamiento a los estudios de género en música. El
texto de McClary es esperanzador, en cuanto que trata el discurso de mujeres
compositoras como la finlandesa Kaija Saariaho , y artistas de pop como Beyoncé
actuales, poniendo en valor su reflejo de la diversidad a través de las propias experiencias
de las mujeres.
El segundo y tercer capítulo, “La enseñanza del canto y la mujer en España en el
siglo XIX: las voces no silenciadas” y “Mujeres y creación musical en España: la imagen
de la mujer como compositora en el primer tercio del siglo XX”, escritos por María del
Coral Morales Villar y María Palacios Nieto, respectivamente, tratan la figura de la mujer
dentro del siglo XIX y principios del XX. El texto de Morales Villar realiza un repaso de
las mujeres que contribuyeron a la enseñanza del canto en nuestro país, con especial
hincapié en las que pertenecían al Conservatorio de Madrid. Muchas de ellas eran
cantantes de ópera, y su papel como prima donna las ayudó a alcanzar respeto y
legitimación dentro del mundo de la enseñanza musical. Algunas, como Matilde Esteban
y Rosario Zapater, lograron, incluso, el hito de publicar tratados de referencia para la
disciplina.
Por su parte, María Palacios nos deja, a través de una revisión exhaustiva de la
prensa de la época, una necesaria exposición del pensamiento dominante dentro de la
música académica de principios del XX, con respecto a las aptitudes de las mujeres para
componer. Resulta llamativo ver cómo figuras de la talla de Joaquín Turina albergaban
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prejuicios y ponían en cuestión la capacidad de las mujeres para crear e introducirse
dentro del mundo de la composición (p. 61). En estos textos encontramos el llamado
feminismo de la diferencia: es decir, el permiso de las mujeres a introducirse en ámbitos
tradicionalmente pertenecientes a los hombres, siempre y cuando respondan a las
cualidades que el heteropatriarcado asigna a su sexo. Así, como señala Palacios,
“maternidad, clase, caridad y ternura (unida particularmente con la infancia), se
transformaban […] en claras relaciones legítimas, no cuestionadas, normalizadas y
propias, de la compleja relación entre mujer y música” (p. 79).
En el capítulo cuarto, De Carmen a Medea: figuras de la bruja en la danza
escénica española y europea”, Fernando López Rodríguez trabaja el estereotipo de la
bruja a través de obras como Carmen o El amor brujo. López Rodríguez analiza, entre
otras, la asociación de la bruja con el imaginario de lo gitano, el don de la clarividencia o
la intercesión favorable en cuestiones amorosas. El autor realiza un repaso por ballets
románticos que incluían este personaje, y en donde las brujas estaban encarnadas por
“bailarinas de carácter”: así, existiría un “doble carácter marginal de las brujas”, primero
por los personajes negativos que simbolizaban y, segundo, porque como bailarinas eran
relegadas a un segundo plano, en favor de otras con cuerpos más jóvenes, que respondían
al canon de belleza imperante (p. 93). Un caso especial sería el de la bruja de El amor
brujo (1915) (p. 98-106): en sus sucesivas representaciones, se produce la evolución
desde un enfoque positivo de la figura de la bruja a la que se inserta como parte
benefactora y fundamental de la comunidad, a otro más negativo y en consonancia con
la visión heteropatriarcal, recuperando “el estatus ambiguo que la brujería le confiere,
como una mujer a la vez poderosa y al mismo tiempo despreciable” (p. 105).
El texto que ocupa la quinta sección es “Iconos e himnos `bolleros´. Cultura
lésbica y queer en la música popular”, a cargo de Teresa López Castilla. La autora,
conocida por su tesis sobre el queer y la música electrónica en España (2015), echa mano
de textos como Playing it queer: popular music, identity and queer world-making de
Jodie Taylor (2012), que tratan de aplicar la teoría queer al campo de las músicas
populares urbanas. López Castilla acude a ellos para analizar, desde una perspectiva queer
y lesbiana, figuras como la de KD Lang o Chavela Vargas. De esta manera, problematiza
la representación por y desde la sexualidad lésbica a través de artistas mujeres que se
identifican con el lesbianismo, al tiempo que reflexiona sobre la sensibilidad y la actitud
queer en músicas que rompen con los binarios de género y sexo, y con la
homonormatividad (p. 120).
El capítulo seis, “Si no puedo bailar, no es mi revolución. Tensiones de género en
el reguetón en España”, está elaborado por Laura Viñuela. Tanto éste, como el último,
“Mujeres y músicas en Puerto Rico: entramados de género y negritud”, de Barbara I.
Abadía-Rexach, tratan músicas en donde se entremezclan cuestiones ligadas no sólo al
género, sino también al racismo hacia lo negro y lo latino. El texto de Viñuela pone de
manifiesto que los prejuicios hacia el reguetón dentro de la sociedad española y la
consideración de éste como género musical que fomenta el machismo esconden sesgos
relacionados con su condición de música para el baile y de procedencia latina (pp. 155-
60). Viñuela expone cómo cuando en 2016 se lanzó “Cuatro babys” de Maluma, en
España se estaba discutiendo el conocido caso de violación múltiple de La Manada. Este
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contexto social condicionó que se culpabilizara al reguetón de este tipo de actos de
violencia contra la mujer (pp. 148-152). Como señala Viñuela, el problema con el
reguetón surge “cuando las mujeres blancas comienzan a hacerse visibles ejecutando
estos bailes fuera de la coartada social establecida para ello”: es decir, perreando como
lo harían las mujeres latinas o negras (p. 160). Viñuela apunta: “La mirada hegemónica
blanca patriarcal establece una relación directa entre los movimientos del perreo y el acto
sexual” (p. 160), lo que es permitido en mujeres exotizadas (negras, caribeñas,
latinoamericanas, etc.) “porque se acomodan al estereotipo del exceso erótico de sus
cuerpos”, pero que en las mujeres blancas resulta “obsceno” y es penalizado por la mirada
masculina (p. 160-161). Esta criminalización del reguetón conseguiría una doble meta: la
de exculpar”, por un lado, a los jóvenes blancos de sus actos –ya que tendrían su origen
en esta “‘invasión’ venida del Caribe” y, por el otro, descargaría la culpa sobre los
grupos que conforman `la otredad´: los latinos y las mujeres” (p. 162).
Por su parte, Abadía-Rexach señala las numerosas contradicciones que encierra
la negritud en el contexto portorriqueño: así, en este territorio se habría tratado de
minimizar u obscurecer la contribución negra a la población de Puerto Rico a través del
mito del mestizaje (p. 169). La autora recupera la figura de Ruth Fernández,
autodenominada como “La negra de Ponce”, cantante afro-puertorriqueña que tuvo gran
éxito en los años cincuenta, con un discurso que celebraba y destacaba el elemento negro
presente en su mestizaje. Seguidamente, Abadía-Rexach examina el género musical de la
bomba, en el que actualmente se están dando procesos de resignificación y reformulación
de la identidad puertorriqueña (pp. 179-185). La autora finaliza poniendo los casos del
grupo femenino Ausuba y Plena Combativa, como ejemplos de referentes que han abierto
nuevos espacios para el empoderamiento de mujeres no-blancas en la música. Así, este
cierre muestra cómo el feminismo es un movimiento permeado por diferentes vertientes
(género, orientación sexual, etnia, clase, etc.), cuyo rasgo común es la legitimidad y la
visibilidad de colectivos que han estado históricamente oprimidos por el
heteropatriarcado.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Girls!: Desigualdad de género, discursos y activismo en la industria musical.
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Peter Lang.
Viñuela, L. (2003). La perspectiva de género y la música popular: dos nuevos retos para
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de Musicología (SEdeM).