DIGILEC Revista Internacional de Lenguas y Culturas 171
Digilec 10 (2023), pp. 162-183
araña”, “la luna cubre la telaraña”, “un pájaro da de comer a sus hijos”, “una madre cuida
a sus hijos”, “unas gaviotas buscan peces”, “navegando a ciegas”, “las gaviotas intentan
comer”, “camino en medio del bosque”, “elijo mi camino, llego a mis objetivos”, “un día
de lluvia muy intenso”, “caigo” o “a veces el cielo llora por mi corazón”, entre otras. Se
puede notar, en estas frases, la dificultad para dejar de lado la subjetividad en detrimento
de la descripción del instante, propia del haiku.
Fue en ese momento cuando se introdujo el concepto de haiku, que no era conocido
por todas, aunque sí estaban familiarizadas con ejemplos de poesía breve en su tradición
literaria. Se procedió a presentar algunos ejemplos traducidos de haikus japoneses, cuya
selección se llevó a cabo valorando las dificultades lingüísticas y las posibilidades de
presentación visual de los mismos, ya que las imágenes presentadas anteriormente eran
una transposición del contenido de los poemas a imagen. Entre dichos poemas, por
ejemplo, se presentaron y comentaron algunos de Basho, Issa o Buson (“Abriendo los
picos / los pajaritos esperan a su madre: / lluvia de otoño”). Posteriormente, se ofreció
una breve contextualización del género del haiku, sus características silábicas, temáticas
y discursivas, así como información sobre la introducción del género en ámbito hispánico.
Posteriormente, se llevó a cabo una actividad en grupos basada en las propuestas de
López-Toscano (2014), en las que se ofrecían cuatro poemas (“Los sapos”; “El
murciélago”; “Mariposa nocturna” y “La luna”) de José Juan Tablada. En dicha actividad,
se daban los títulos y, en otro cuadro, los versos desordenados de los cuatro poemas,
numerados del 1 al 12. El objetivo era formar poemas de tres sílabas uniendo dichos
versos. Las respuestas, que fueron muy variadas, dieron pie a comentar las diferencias
entre los poemas ensamblados por unos y otros grupos, así como las interpretaciones que
cada uno daba al poema reconstruido. Naturalmente, a continuación, se ofrecieron los
poemas originales y una breve explicación de la importancia del poeta mexicano José
Juan Tablada, introductor del género en español.
La segunda parte de la sesión tuvo como finalidad introducir el concepto de poesía
ilustrada, de gran relevancia en el ámbito del haiku, ya que en la tradición japonesa es
habitual acompañar poemas con ilustraciones, consideradas una expresión artística que
nace del espíritu del haiku, es decir, un dibujo que complementa al haiku (Ross, 2002).
Así pues, se ofrecieron una serie de ilustraciones realizadas por la artista Carmen Tamarit
(2019) a través de las cuales se profundizó en las relaciones semánticas entre imágenes y
palabras. A su vez, se comentaron otras iniciativas poéticas en redes, como las
publicaciones de la popular poeta norteamericana Rupi Kaur (Megías Fuentes, 2022) o
de la española Elvira Sastre (Rivera Morán, 2020). A pesar de que, en el caso de Sastre,
las ilustraciones no sean características de sus publicaciones, resultó interesante comentar
la importancia de la difusión poética en redes (Sánchez García y Aparicio Durán, 2020),
pues los estudios de campo demuestran que los jóvenes en las aulas demandan una poesía
que vaya más allá de la literatura canónica, es decir, una poesía escrita por autores de su
misma generación, con presencia en redes sociales y que se difunda en redes sociales
(Sánchez García, 2018). Al final de la segunda sesión, se pidió a las estudiantes, sin dar
a conocer aún el objetivo concreto, que tomaran una fotografía en un momento
determinado del día. Para ello, entre todas las participantes se acordó el horario más
apropiado y establecieron una alarma en sus teléfonos móviles. El objetivo de la falta de