Ciberacoso
Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) mejoran la vida cotidiana de las personas, especialmente en ámbitos como el aprendizaje, la comunicación y la socialización (; ). Sin embargo, también se han asociado con diversas problemáticas que pueden afectar el desarrollo psicosocial de los jóvenes, como el ciberacoso (; ).
El ciberacoso es una agresión intencional ejercida por uno o varios estudiantes hacia sus pares mediante recursos tecnológicos, que se caracteriza por el posible anonimato del agresor, la exposición a una mayor audiencia, y su ocurrencia en cualquier lugar y momento, lo que amplifica su impacto negativo (; ; ). Entre las manifestaciones más frecuentes del ciberacoso están el envío de mensajes intimidatorios, la difusión de rumores denigrantes, y la divulgación no consentida de información personal (; ), acciones que perjudican la salud física y mental de los jóvenes (; ).
Ciberacoso en estudiantes universitarios
Aunque el ciberacoso ha sido ampliamente estudiado en adolescentes, los estudios que abordan este problema en universitarios siguen siendo limitados (; ). No obstante, estudios internacionales estiman que entre el 21% y el 68% del alumnado universitario ha sido víctima de ciberacoso (; ; ). En México, se reportan prevalencias del 15% al 49% entre estudiantes universitarios (; ).
Participantes en el ciberacoso
En la dinámica del ciberacoso participan tres actores principales: agresores, víctimas y espectadores (). Los espectadores desempeñan un papel clave, pues pueden contribuir a la perpetuación de la agresión al alentar a quien ciberagrede, o intervenir en defensa de la víctima, brindando consuelo, intentando detener la ciberagresión, o reportando la situación a las autoridades universitarias (; ; ). La conducta de los espectadores en el ciberacoso puede favorecer o inhibir este tipo de agresión (; ). Estudios señalan que las intervenciones defensivas de los espectadores se asocian con menores incidencias de ciberacoso, mientras que las intervenciones alentadoras lo incrementan (; ; ), subrayando la necesidad de profundizar en la comprensión de las variables que influyen en las conductas de los espectadores de ciberacoso.
Aunque la investigación sobre las conductas de los espectadores en situaciones de ciberacoso entre estudiantes universitarios es limitada (), se han identificado diversas variables personales asociadas significativamente con la probabilidad de que los espectadores intervengan de manera defensiva o alentadora, tales como la desconexión moral (), la empatía (), la amabilidad (), la percepción de severidad del evento () y el sentido de responsabilidad moral (). No obstante, en contextos socioculturales donde la diversidad no es ampliamente valorada, como en México, las conductas prosociales podrían verse obstaculizadas por actitudes discriminatorias o por la indiferencia. A pesar de esta posible influencia, no se localizaron estudios que analicen el papel de la afinidad hacia la diversidad en la intervención de los espectadores ante ciberacoso.
Afinidad a la diversidad y conductas de los espectadores de ciberacoso
En México prevalecen desafíos importantes en la aceptación y valoración de la diversidad. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS), el 23.7% de jóvenes mayores de 18 años reportó haber sido víctima de discriminación en los últimos 12 meses. Entre las causas más frecuentes se mencionan la forma de vestir, la apariencia física, el peso, la estatura, el ser mujer, o las creencias religiosas (). Estas cifras reflejan un entorno social donde las diferencias individuales son motivos frecuentes de rechazo y exclusión, con posibles ramificaciones que se extienden también a los espacios digitales.
La literatura ha documentado que una percepción negativa de la diversidad -ya sea por creencias religiosas, orientación sexual, origen étnico, o nivel socioeconómico- puede reducir la disposición individual a brindar apoyo en contextos sociales (; ; ; ). Estos hallazgos sugieren que la afinidad hacia la diversidad podría constituir un factor relevante para comprender cómo responden los espectadores ante situaciones de ciberacoso.
La afinidad hacia la diversidad se refiere a la valoración positiva que un individuo otorga a las diferencias individuales, sociales, culturales y económicas en las interacciones sociales (; ). Diversos estudios han demostrado que esta disposición se relaciona positivamente con variables como la orientación al futuro (), el bienestar psicológico (), las actitudes proambientales () y las conductas prosociales (; ). Asimismo, una percepción favorable de la diversidad se ha vinculado con conductas de apoyo a víctimas de acoso y ciberacoso (; ). Al fomentar apertura a nuevas experiencias y perspectivas, la afinidad hacia la diversidad se asocia con una mayor disposición a brindar ayuda en entornos digitales (; ). No obstante, pese a la creciente evidencia sobre su relevancia, son escasos los estudios que han explorado su relación con los tipos de intervención de espectadores en situaciones de ciberacoso, lo que justifica su inclusión como variable central en el presente estudio.
El rol del sexo
El sexo es una variable individual que suele influir en muchos comportamientos del ser humano, aunque su rol en el ciberacoso es controvertido (; ). En el caso de la intervención de personas ciberespectadoras, los hallazgos empíricos son contradictorios. Mientras algunos estudios reportan que los estudiantes varones suelen intervenir en defensa de las víctimas de ciberacoso con mayor frecuencia (; ), otros señalan que las estudiantes son más propensas a intervenir de manera positiva ante situaciones de ciberacoso (; ; ). Estas discrepancias subrayan la importancia la necesidad de examinar la relación entre el sexo y la intervención de las personas ciberespectadoras, particularmente en el contexto sociocultural mexicano, donde este fenómeno ha sido escasamente explorado.
Por otra parte, aunque no se han identificado estudios que analicen específicamente diferencias por sexo en la afinidad hacia la diversidad entre estudiantes, es plausible esperar que las mujeres muestren una mayor afinidad hacia la diversidad, basado en hallazgos que indican niveles superiores de empatía en las mujeres en comparación con los varones, particularmente en contextos de acoso y ciberacoso (; ; ). No obstante, dada la falta de evidencia directa, resulta necesario explorar empíricamente esta posible diferencia.
El presente estudio
La literatura acerca del comportamiento de universitarios espectadores de ciberacoso es limitada (), Con el fin de contribuir a subsanar este vacío en el conocimiento, el presente estudio planteó los siguientes objetivos: (a) examinar la relación entre la afinidad a la diversidad y los tipos de intervención de espectadores -defensivas y alentadora- frente al ciberacoso en una muestra de estudiantes universitarios mexicanos; y (b) analizar las diferencias por sexo en la afinidad a la diversidad y en los tipos de intervención de los espectadores ante situaciones de ciberacoso.
Para guiar el estudio se consideraron las siguientes hipótesis: H1. La afinidad a la diversidad se asociará positivamente con la intervención defensiva de los espectadores de ciberacoso y negativamente intervención alentadora en situaciones de ciberacoso. H2. Se espera que las mujeres presenten niveles significativamente mayores de afinidad hacia diversidad y de intervención defensiva en comparación con los varones, mientras estos últimos realizarán con mayor frecuencia intervenciones alentadoras.
Método
Participantes
Se utilizó un muestreo no probabilístico para reclutar estudiantes universitarios de dos universidades públicas tecnológicas ubicadas al noroeste de México. La muestra estuvo conformada por 398 estudiantes con edades entre los 18 y los 30 años (Medad = 20.36, DE = 2.31). Del total, 166 (42%) se identificaron como varones y 232 (58%) como mujeres. Respecto al nivel académico, 93 cursaban el primer año (23.4%), 74 (18.7%) el segundo, 85 (21.3%) el tercero, 83 (20.8%) el cuarto y 63 (15.8%) el quinto. Por área de área de conocimiento, 107 (26.9%) estudiaban en algún programa de ciencias de la salud, 166 (41.7%) en ciencias sociales y administrativas, y 125 (31.4%) en ingeniería y tecnología.
Instrumentos
Afinidad a la diversidad
Se utilizó la escala de Afinidad a la diversidad (), que mide la apreciación positiva de las diferencias personales, culturales y económicas, compuesta por 13 ítems (por ejemplo, “Me gusta convivir con personas con formas de pensar distintas a la mía”, “Disfruto convivir con personas de todas las clases sociales”) con un formato de respuesta tipo Likert de cinco opciones (0 = totalmente en desacuerdo hasta 4 = totalmente de acuerdo).
Intervenciones de la persona ciberespectadora
Se utilizaron las subescalas de Ciberespectador/a defensor/a y Ciberespectador/a alentador/a de la Cyberbullying Bystander Scale (). La primera midió la frecuencia con que los y las estudiantes defendieron a las víctimas al presenciar agresiones en medios digitales (8 ítems, por ejemplo, “Le digo a la víctima que lo que hizo el agresor no está bien”, “Le digo al agresor que deje de molestar a la o las personas que agredió”), mientras que la segunda evaluó la frecuencia con la que fomentaron o apoyaron el ciberacoso (8 ítems, por ejemplo, “Escribo cosas como ja, ja, ja o burlas cuando otro estudiante es víctima de ciberacoso”, “Reenvío mensajes o imágenes de ciberacoso a otras personas”). El formato de respuesta fue tipo Likert con cinco opciones (0 = nunca hasta 4 = siempre).
Procedimiento
Para la recolección de los datos se obtuvo autorización de las autoridades universitarias para acceder a las instalaciones. Posteriormente, se distribuyó un formulario digital entre el estudiantado, que incluía un apartado de consentimiento informado. Se informó que la participación era voluntaria, anónima y confidencial, sin consecuencias por no participar o abandonar el estudio, y que la información proporcionada se utilizaría exclusivamente con fines de investigación. La aplicación se realizó de manera grupal en salones de clases durante horario escolar, con una duración aproximada de 30 minutos. Esta investigación contó con la aprobación del Comité de Ética del Instituto Tecnológico de Sonora (Oficio No. 129), en cumplimiento con los principios éticos aplicables a la investigación con seres humanos.
Análisis de datos
El análisis de los dos datos se llevó a cabo utilizando los programas SPSS (versión 27) y JASP (versión 0.18). Previamente se verificó la base de datos, confirmando la ausencia de datos.
Propiedades psicométricas
Diversos autores (; ) coinciden en que el análisis factorial confirmatorio (AFC) debe emplearse como estrategia inicial cuando se dispone de modelos de medida respaldados por marcos teóricos sólidos y evidencia empírica acumulada sobre su dimensionalidad. En concordancia con este criterio, en el presente estudio se consideró adecuado utilizar el AFC pues las escalas empleadas han sido previamente validadas en estudios previos, los cuales documentan tanto su fundamentación teórica como la estabilidad de su estructura interna (; ; ; ; ; ).
Los AFC de cada escala para obtener evidencias relacionadas con la estructura interna se calcularon utilizando el método mínimos cuadrados ponderados diagonalizados (DWLS) recomendado para ítems ordinales (). Posteriormente, se estimaron la Fiabilidad Compuesta (FC) y la Varianza Media Extraída (VME), medidas de fiabilidad sugeridas para análisis basados en variables latentes (). Valores de FC ≥ .70 y de VME ≥ .50 fueron considerados aceptables ().
Análisis descriptivos y correlacionales
A continuación, se realizaron análisis descriptivos (tendencia central, dispersión, forma) de las variables de estudio. Posteriormente, se calcularon correlaciones bivariadas utilizando el coeficiente de correlación de Spearman. Valores de correlación (r > .10 y < .20) se estimaron como indicadores de efectos pequeños, > .20 y < .30 como efectos medianos y > .30 como indicadores de efectos grandes ().
Modelamiento de ecuaciones estructurales
Para atender el primer objetivo del estudio y evaluar la hipótesis correspondiente, se estimó un modelo de ecuaciones estructurales que especifica relaciones directas entre la afinidad a la diversidad y los tipos de intervención de los espectadores en situaciones de ciberacoso. Se consideró pertinente emplear el modelamiento de ecuaciones estructurales (SEM, por sus siglas en inglés) como estrategia de análisis dado que permite incorporar variables latentes, lo que representa ventajas sustantivas frente a otros enfoques basados únicamente en variables observables. En particular, el SEM ofrece dos beneficios clave: a) reduce el error de medición al no depender exclusivamente de un único indicador observable, como ocurre con las variables compuestas utilizadas en análisis de regresión o senderos; y b) permite modelar y controlar explícitamente el error de medición de cada indicador, lo cual mejora la precisión de las estimaciones de las relaciones entre los constructos latentes. Además, este enfoque proporciona diversos índices de ajuste que permiten evaluar rigurosamente el grado de congruencia entre el modelo teórico propuesto y los datos empíricos (; ).
Para afrontar los posibles problemas de normalidad multivariada y la naturaleza ordinal de los ítems, se empleó el método de estimación de mínimos cuadrados ponderados diagonalizados (DWLS) con errores robustos, en conjunto a la corrección de Satorra-Bentler para Ji al cuadrado (S-B ), según lo propuesto en la literatura (; ). El ajuste del modelo se evaluó considerando los siguientes índices de ajuste: Ji al cuadrado con corrección Satorra-Bentler y su probabilidad asociada (S-B , p > .001), SRMR (≤ .08), CFI (≥ .95), TLI (≥ .95) y RMSEA (≤ .08) ().
Comparaciones por sexo en las variables
Finalmente, se empleó la prueba U de Mann-Whitney para identificar diferencias entre varones y mujeres en la afinidad hacia la diversidad y los tipos de intervención en situaciones de ciberacoso. El tamaño del efecto se estimó con el coeficiente de correlación biserial de rangos (rbis). Valores > .10 y < .30 sugieren un tamaño de efecto pequeño; valores > .30 y < .50 indican un tamaño de efecto moderado; y valores > .50 representan un tamaño de efecto grande ().
Resultados
Propiedades psicométricas
Se obtuvieron evidencias de validez basadas en la estructura interna mediante análisis factoriales confirmatorios independientes para cada escala. Los modelos de medida presentaron un ajuste adecuado a los datos, según los índices de ajuste observados. Además, se obtuvieron índices de fiabilidad aceptables (FC ≥ .70, VME ≥ .50), respaldando la consistencia interna de los puntajes. La Tabla 1 presenta un resumen de los índices de ajuste y los valores de fiabilidad obtenidos.
| Modelo | S-B | gl | SRMR | CFI | TLI | RMSEA [IC 90%] | FC | VME |
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| 1. Afinidad a la diversidad (unidimensional) | 193.56*** | 65 | .04 | .99 | .99 | .07 [.06, .08] | .98 | .78 |
| 2. Intervenciones de la persona ciberespectadora (dos factores relacionados) | 165.40*** | 103 | .05 | .99 | .99 | .04 [.02, .05] | - | - |
| Factor defensor | - | - | - | - | - | - | .97 | .78 |
| Factor alentador | - | - | - | - | - | - | .98 | .85 |
Análisis descriptivos y correlacionales
Los estadísticos descriptivos de las variables se presentan en la Tabla 2. Los valores observados en medias y medianas sugieren que el alumnado suele aceptar la convivencia con personas de diferentes niveles socioeconómicos, creencias y preferencias. También indican que, al presenciar actos de ciberacoso, ocasionalmente interviene en defensa de las víctimas, y rara vez alienta dichas agresiones. Respecto a los estadísticos de forma, los valores de asimetría y curtosis se alejan significativamente del rango ± 2, lo cual sugiere que los datos no se distribuyen de forma normal ().
Por lo anterior, se utilizó el coeficiente de correlación de Spearman para analizar las correlaciones entre las variables. Los resultados mostraron que la afinidad hacia la diversidad se asoció positivamente con las intervenciones defensivas de los espectadores (rs = .38, p < .001) y negativamente con las intervenciones alentadoras del ciberacoso (rs = -.23, p < .001). De acuerdo con la literatura, la magnitud de la relación entre la afinidad a la diversidad y la intervención defensiva de la persona ciberespectadora corresponde a un tamaño del efecto grande, mientras que la asociación de la afinidad a la diversidad y las intervenciones alentadoras representa un tamaño del efecto mediano, ambos con implicaciones prácticas y teóricas significativas ().
Modelamiento estructural
Para contrastar la Hipótesis 1, que planteaba asociaciones directas entre la afinidad hacia la diversidad y los tipos de intervención de los espectadores en el ciberacoso, se estimó un modelo de ecuaciones estructurales. Los resultados indicaron un ajuste adecuado (S-B = 683.78, gl = 374, p < .001; SRMR = .05; CFI = .99, TLI = .99; RMSEA =.03, IC 90% [.02, .04]). El modelo explicó el 19 % de la varianza en intervenciones defensivas y 16 % en intervenciones alentadoras de ciberespectadores/as. Además, se observó que la afinidad hacia la diversidad se asoció positivamente con las intervenciones defensivas (β = .44, p < .001, IC 95% [.31, .49]) y negativamente con las intervenciones alentadoras en eventos de ciberacoso (β = -.39, p < .001, IC 95% [-.48, -.25]) (ver Figura 1).
Comparaciones en las variables en los y las estudiantes
Para contrastar la Hipótesis 2, que planteaba diferencias entre mujeres y varones en la afinidad hacia la diversidad y en los tipos de intervención ante situaciones de ciberacoso, se aplicó la prueba U de Mann-Whitney. Los resultados indicaron que las mujeres presentaron niveles significativamente más altos de afinidad hacia la diversidad (U = 15677, p < .001, rbis = .20), así como una mayor frecuencia de intervenciones defensivas en situaciones de ciberacoso (U = 15288, p < .001, rbis = .22), en comparación con los varones. En contraste, los varones presentaron mayor frecuencia de intervenciones alentadoras (U = 23242, p < .001, rbis = .18) en comparación con las mujeres. En todos los casos los tamaños del efecto fueron pequeños, de acuerdo con los criterios establecidos en la literatura ().
Discusión
En años recientes, la atención a la diversidad se ha consolidado como un campo de estudio dinámico relevante para promover entornos educativos incluyentes (). Se ha documentado que una mayor apertura hacia las diversidades socioculturales favorece el ajuste académico positivo en universitarios (). Comprender estos factores es fundamental para fortalecer la pertinencia y efectividad de programas orientados al bienestar estudiantil y cultura de la paz, especialmente ante fenómenos como el ciberacoso. En estas situaciones, los espectadores desempeñan un rol decisivo, pues su comportamiento puede perpetuar o contener la violencia digital y sus consecuencias. En este contexto, el presente estudio examinó las relaciones entre la afinidad a la diversidad y los tipos de intervención adoptados por espectadores ante situaciones de ciberacoso en estudiantes universitarios.
De acuerdo con estudios previos que reportan una relación positiva entre la afinidad hacia la diversidad y las intervenciones defensivas de los espectadores ante agresiones entre pares (; ), los resultados del presente estudio muestran que una apreciación positiva de las diferencias sociales se vincula con una mayor disposición a defender a las cibervíctimas. Estas intervenciones incluyen apoyo emocional e instrumental, confrontación directa con los acosadores y la denuncia de conductas hostiles con las autoridades. Así, los datos respaldan la primera hipótesis del estudio y refuerzan la noción de que las actitudes inclusivas y las conductas prosociales se encuentran estrechamente interrelacionadas, aportando elementos para comprender los factores psicosociales que favorecen las conductas prosociales en entornos digitales.
Los resultados también confirmaron la hipótesis que planteaba una relación negativa entre la afinidad hacia la diversidad y las conductas alentadoras de los espectadores. Aunque no se identificaron estudios que analizaran directamente esta relación, los hallazgos coinciden con estudios que reportan menor probabilidad de conductas xenofóbicas y discriminatorias hacia pares con orígenes étnicos-culturales diferentes (; ; ; ). En síntesis, valorar positivamente la diversidad disminuye la probabilidad de alentar acciones que atentan contra la integridad de los demás, sugiriendo que la afinidad hacia la diversidad podría ser un factor protector frente a la violencia digital.
Finalmente, los resultados al contrastar la hipótesis 2 mostraron diferencias significativas por sexo en las variables, coincidiendo con estudios previos que señalan mayor disposición de las mujeres para valorar la diversidad e intervenir de manera defensiva ante el ciberacoso (; ; ). En el presente estudio las mujeres mostraron niveles más altos de afinidad hacia la diversidad y mayor frecuencia de intervenciones defensivas frente al ciberacoso, mientras que los varones reportaron mayor frecuencia de intervenciones alentadoras. Aunque los tamaños del efecto fueron pequeños, estas diferencias resultan relevantes desde una perspectiva preventiva, pues manifiestan la necesidad de un enfoque diferenciado por sexo en los programas dirigidos a promover la afinidad hacia la diversidad y la participación de los espectadores en defensa de las víctimas de ciberacoso.
Es importante señalar que, aunque en el estudio se recabó información sobre el sexo biológico de los participantes, las diferencias observadas se interpretaron desde una perspectiva de género. En particular, se adoptó como referencia la teoría de socialización de género (; ), que explica cómo los roles, normas y expectativas asignados a los varones y las mujeres pueden moldear patrones de conducta específicos. Desde esta perspectiva, la mayor afinidad hacia la diversidad, las intervenciones defensivas más frecuentes y la menor incidencia de intervenciones alentadoras entre las mujeres podrían atribuirse a procesos de socialización diferenciados, en los que a las mujeres se les inculcan valores relacionados con la empatía, el cuidado y la sensibilidad hacia las necesidades de los demás, mientras que en los varones se tiende a enfatizar la competencia y el dominio. No obstante, se reconoce la necesidad de que futuras investigaciones exploren y contrasten empíricamente la influencia de los procesos de socialización de género en el comportamiento de los espectadores ante situaciones de ciberacoso.
Implicaciones teóricas y prácticas
Desde una perspectiva teórica, es crucial identificar los mecanismos subyacentes a la intervención de las personas ciberespectadoras para comprender integralmente este fenómeno (). Los hallazgos muestran que la aceptación hacia la diversidad es una variable personal relevante, tanto para explicar fenómenos individuales como el bienestar o la orientación al futuro, como fenómenos interpersonales como el ciberacoso. La evidencia empírica obtenida posiciona a la afinidad hacia la diversidad como un factor que favorece intervenciones defensivas y reduce el apoyo de conductas agresivas al presenciar episodios de ciberacoso. Sin embargo, es necesario clarificar los mecanismos que explican estas relaciones.
Desde una perspectiva práctica, los hallazgos sugieren que promover la afinidad a la diversidad podría constituir una estrategia valiosa a incorporar en el diseño de programas de prevención del ciberacoso dirigidos a universitarios, un grupo con escasas intervenciones disponibles (; ). Es fundamental promover contextos que favorezcan la valoración positiva de las diferencias individuales en las relaciones interpersonales de los jóvenes y generar espacios que propicien la interacción con personas de distintos antecedentes, creencias y preferencias. Finalmente, futuras intervenciones deberían considerar las diferencias entre los varones y las mujeres para diseñar contenidos y recursos con perspectiva de género, especialmente en actividades de sensibilización reeducación y prevención dirigidas a estudiantes universitarios (; ; ).
Limitaciones
Aunque el estudio aporta hallazgos relevantes, presenta algunas limitaciones. En primer lugar, el diseño transversal utilizado impide establecer relaciones causales entre las variables, por ello se recomienda que futuras investigaciones empleen diseños longitudinales o experimentales que permitan profundizar en relaciones temporales y causales. En segundo lugar, al incluir únicamente estudiantes de dos universidades del noroeste de México, no se garantiza la representatividad nacional. Aunque la muestra resultó adecuada para los análisis, su procedencia limita la generalización de los hallazgos. Se sugiere que futuros estudios incluyan estudiantes de distintas regiones, contextos rurales y grupos étnicos minoritarios. En tercer lugar, el uso de instrumentos de autorreporte, aunque habitual, puede estar sesgado por deseabilidad social y varianza del método común. Se aconseja que próximas investigaciones incorporen métodos complementarios (ej., entrevistas, listas de observación) y de múltiples informantes (ej., compañeros, docentes). En cuarto lugar, solo se consideró el sexo asignado al nacer, lo que limita la comprensión de las relaciones estudiadas en personas con identidades de género diversas. Se recomienda que futuras investigaciones consideren distintas identidades de género.
Conclusiones generales
El alumnado universitario constantemente presencia situaciones de ciberacoso y sus conductas pueden promover o reducir dichos episodios. Los hallazgos sugieren que la afinidad a la diversidad es un predictor significativo de las respuestas de las personas ciberespectadoras, asociándose positivamente con la defensa de las víctimas de ciberacoso y negativamente con el apoyo a ciberagresores. Por ende, es necesario identificar las variables contextuales y personales que favorezcan una apreciación positiva de las diferencias socioculturales en jóvenes universitarios/as.
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