Contenido principal del artículo

Ánxela Murillo-Casas
Universidad de Santiago de Compostela
España
Biografía
Diana Priegue-Caamaño
María do Carmen Cambeiro-Lourido
Vol. Extr., núm. 05 (2015) - XIII CIG-PP, XIII Congreso Internacional G-P de Psicopedagogía. Área 5: FAMILIA, ESCUELA Y COMUNIDAD, Páginas 083-087
DOI: https://doi.org/10.17979/reipe.2015.0.05.274
Recibido: abr. 29, 2015 Aceptado: ago. 12, 2015 Publicado: oct. 21, 2015
Cómo citar

Resumen

El interés por la familia y por su dinámica acapara, desde hace bastante tiempo, la atención de profesionales e instituciones relacionadas con el mundo educativo, social, con el tejido asociativo y con los medios de comunicación. La familia es el primer entorno natural de socialización de los niños y niñas, en el que no solo se forman y evolucionan, sino que además crean una imagen de sí mismos y del mundo que les rodea. Pero los adultos también juegan un papel esencial en este entramado, puesto que el carácter afectivo-relacional-global del núcleo familiar, influye al mismo tiempo en los adultos, de forma que se ven sometidos a cambios no exclusivamente físicos, sino también intelectuales, sociales y psicoafectivos. Teniendo en cuenta lo anterior, y considerando las dificultades a las que la familia debe hacer frente a la hora de establecer vínculos y educar a sus hijos e hijas ante una sociedad cambiante y globalizada como la actual, es necesario considerar como una de las variables más importantes en este proceso los estilos educativos parentales, que son un pilar básico de funcionamiento y buen desarrollo de la denominada parentalidad positiva. A lo largo de las últimas décadas se han llevado a cabo múltiples investigaciones y estudios que han aportado evidencias empíricas sobre la influencia del contexto familiar en el proceso de desarrollo infantil y adolescente a nivel integral, y, en estos trabajos, se han destacado los estilos educativos parentales como pautas o estrategias necesarias para un buen funcionamiento familiar. Estas prácticas socializadoras influyen de forma importante en la configuración de la personalidad de los hijos e hijas, ya que constituyen buenos modelos de aprendizaje y asentamiento de normas cuando se lleva a cabo un estilo marcado por la alta presencia de afecto, un control equilibrado y el establecimiento de normas de conducta consensuadas y apoyadas en el diálogo. Por todo ello, con la realización de este trabajo pretendemos alcanzar dos objetivos diferentes si bien estrechamente relacionados. De una parte, analizar las principales clasificaciones realizadas sobre los estilos educativos parentales, partiendo de la visión clásica de Diana Baumnrind y centrándonos, sobre todo, en el modelo cuatripartito de Maccobby y Martin, uno de los más aceptados por la comunidad científica. De otra, estudiar si disponemos de evidencias empíricas que relacionen un determinado estilo educativo con mayores niveles de desarrollo emocional, social y escolar en la infancia y en la adolescencia. Tras el análisis llevado a cabo podemos concluir que existe un amplio consenso en determinar que el estilo educativo más ajustado y que mayores beneficios aporta para el desarrollo integral de los hijos e hijas es el estilo democrático o autorizativo, con niveles equilibrados de afecto y control, si bien es necesario matizar que se debe tener en cuenta el contexto sociocultural en el que la familia se integra.

Descargas

Los datos de descargas todavía no están disponibles.

Detalles del artículo